viernes, 15 de noviembre de 2013

María del Carmen Ossa Tobón, escritos a Alfonso Mejía Escobar y a su hija María Ossa Ossa 1925.


Restrepo Abril 24 de 1925
Señor Don Alfonso Mejía E
Belarcázar
Nuestro muy estimado amigo:
El coreo de hoy nos ha traído su muy apreciable carta la que leímos con agrado por que siempre hemos mirado bien, el enlace de Usted con María nuestra hija. Mucha es la falta que nos hacen las hijas y por nada del mundo convendríamos en separarnos de ellas, pues con sus cuidados y ternura son el alivio a las penas que trae consigo la vejes pero es una ley impuesta por Dios a la que no podemos oponernos los padres, y es preciso convenir que las mujeres que no tienen vocación de religiosa y aman a un hombre; no debe estorbárseles, el matrimonio y a demás Usted es un joven digno y que para nosotros llena todas las aspiraciones que con respecto al porvenir de María nos encárese no desalojamos su petición una vez que Usted considera ser feliz uniéndose a nuestra hija, no solo lo aceptamos como miembro de nuestro humilde hogar, sino que no tenemos inconveniente en manifestarle, que desde que tuvimos el honor de conocerlo nos fue simpático y hemos sentido por Usted gran deferencia. Dice Usted en su carta que desea el permiso para que la ceremonia se efectué en Pereira, y como pensamos traerlas pronto, le diremos que gustosos aceptaremos a lo que crean mas conveniente Usted y Luis, pues a él como hermano mayor que tiene allá le dimos al entregárselas toda la autoridad que tiene sobre sus hijas un padre.
Nosotros tenemos en Luis ciega confianza por que siempre se a distinguido por la estimación a sus hermanos, por esto todo lo que el crea conveniente tendrá nuestra aprobación, siempre con la seguridad de que Usted será muy indulgente con las faltas o defectos que nuestra hija, tenga, pues Usted sabrá de sobra que no hay persona perfecta en el mundo.
Sin mas por hoy, nos es grato suscribirnos, atentos y seguros servidores, y amigos
Ricardo Ossa M y Carmen Ossa de Ossa

Mi querida hija María. Muy contentos nos pusimos al saber que no tuvieron contratiempos en el camino, gracias a Dios.
Si Ustedes sintieron aburrimiento imagínense como seria el nuestro, especialmente el mío pues como Ud. sabe es la primera vez que me separo de Tulio. Nunca creí que me emocionaría tanto no podía hacer nada a cada paso me parecía verlo, oírlo subir la escala, por la noche no podía rezar se me oprimía el corazón de ver a Oswaldo solo, yo sabia que la falta del niño era muy grande y que me haría sufrir mucho, pero viéndolo tan encariñado a Alfonsito y con tanto deseos de irse con Ustedes, y al mismo tiempo Uds. manifestando tanto gusto para llevarlo, me pareció egoísmo de mi parte oponerme, a que se fueran, pero la falta es mucha, le mando un vestidito que le hice a la casualidad, por que no tenias medidas exactas, si le queda muy grande háganle cogidos donde le sobre.
Ofelia también me a hecho mucha falta pues soy tan de mala suerte, que se me enfermo Aura tan pronto Ustedes se fueron, y a estado con una irritación violenta, será por el mismo aburrimiento, hoy a estado de mejor salud, le mando a Ofelia algunos vestiditos para la casa, pues la seda se le daña si la lava y ella le tiene pereza a los vestidos ordinarios, hágala que trate con esmero los vestidos que no son lavables, que se ponga en la finca medias de algodón pues ella prefiere siempre las de seda. Dámele muchos abrazos y besos al niño, que me es imposible cumplir su recomendación, lo primero por que jamás veo a su novia ni siquiera tengo la suerte de conocerla, y segundo porque no quiero verlo metido en esos dibujos que reportan tan poca utilidad, díganle que se porte muy bien, pues Ustedes también tienen una correa para los muchachos desobedientes.
Saludos a Alfonsito, que le mando el libro para que todos los días lo lea a Ud. Un capitulo, yo abrigo la creencia que el hogar de Ustedes llegará a ser un hogar modelo, por las buenas prendas morales que posee su esposo.
Saludos a Ofelia y que mucho juicio que no les de motivo de queja, me uno a su papa y hermanos para darle mi amoroso abrazo.
Su madre que le desea felicidad
Balboa 7 de octubre 1925
Telegrama fechado en la Ciudad de Pereira, un 24 de junio de 1926, felicitando a su hija por el embarazo: Nuevamente felicitándoles hoy deseándoles salud, prosperidad. Abrazos. Carmen.
María tuvo su primera hija un 26 de Octubre de 1926 llamada Arabia Mejía Ossa. Narran las hijas de María, Consuelo, Florencia y Gloria Elena,: nuestra madre vivía a en una finca a unos kilómetros de Belarcázar. Nuestra abuela no llegó a conocer a Arabia. Contaba nuestra madre que en sus últimos días de embarazo vio como una mariposa negra enorme revoloteaba en su habitación, ella le tenia pavor a las mariposas negras. Al verla, tuvo cierta sensación extraña, le a pasado algo a mi madre fue el mismo día en el que su madre fallecía en Pereira, al día siguiente llego un telegrama enviado por su hermano Luis informando la muerte de su madre María del Carmen Ossa Tobón de Ossa.

Trascripción de dos escritos de María del Carmen Ossa Tobón dirigidos a su yerno, Luis Alfonso Mejía, y su hija, María Ossa, recién casados ese mismo año, un 24 de junio de 1925. Haber conservado estos escritos nos pudo dar una idea de los tiempos que se vivían y como se percibía los momentos, ese día a día de luchas continuas por un mejor mañana. Consejos de madre, este legado en las cartas nos deja mucho para reflexionar y conocer mas de ese entorno familiar en el que se vivía y entender en el que vivimos. Nos da a conocer esa María del Carmen Ossa Tobón, con una caligrafía palmer sencillamente hermosa, no encuentro otro calificativo. Y aunque María del Carmen marchó relativamente joven 43 años, dio todo ese amor y consejo de madre que en sus 6 hijas y 9 varones dejaron huellas imborrables. Toda una herencia de un pasado que puede ser tan presente en los días en que vivimos, si recordamos, y muchas veces con nostalgia, esos consejos de nuestros padres, leyendo los escritos comprendemos la importancia y el sentido de la vida de tener y pertenecer a una familia. Si cuando leemos viejos libros de historias de familias en muchos casos nos acercan a sus pasados, en estos escritos rescatamos ese legado de María del Carmen Ossa Tobón y, más que cuestionar la forma en que vemos su pasado, descubrimos la voluntad de madre integra. Aristóteles señala a la familia como una comunidad instituida por la mujer en la naturaleza. Y es que procedemos de la cultura greco-latina. La idea de que todos pertenecemos a un mismo tronco familiar del que somos solidarios en lo bueno y en lo malo, es el principal factor humano, social y moral que aglutina a los miembros del grupo familiar Ossa.
Todos ellos, los 15 hijos Ossa Ossa, ya marcharon, pero nos han dejado un legado y lleva un sello Ossa Ossa imborrable. Por donde quiera que se encuentren y se mezclen con la infinidad de apellidos de familias, allí estará ese Ossa Ossa imborrable.
  Hasta ahora es la única foto que se tiene de María del Carmen Ossa Tobón, en ella aparece con su hijo Luis Ossa Ossa. La fotografía ha sido fotocopiada y pintada a mano. Se trata de la técnica fotográfica muy utilizada antes de la introducción de la película en color, el “photoshop” de la época, verdaderos trabajos fotográficos. Florencia Mejía Ossa de Montoya nos recomienda que revisemos antiguos álbumes de familia para poder obtener alguna foto inédita de María del Carmen Ossa Tobón. Esperamos nos la envíen para publicarla y compartirla con todos los Ossa. 
Foto en blanco y negro de 1925, día de la boda de Luis Alfonso Mejía Escobar y María Ossa Ossa, se casaron un 25 de junio en la ciudad de Pereira (Risaralda).
El análisis de los textos palmer escritos por María del Carmen Tobón lo abordamos desde distintas perspectivas. Destacamos tres enfoques fundamentales en este campo: la aproximación lingüístico-textual, la aproximación retórica y el enfoque pragmático y sociocognitivo de la terminología de aquellos años. Para dar cuenta de la complejidad de la construcción e interpretación de los géneros producidos en el texto, es necesario establecer puentes entre las distintas metodologías. De los escritos consideramos las categorías de análisis que pueden permitir la integración de los enfoques presentados. (Con esto queremos decir modos de interpretación)
María del Carmen vivía el día a día de Dios, con una emoción sin límites, el amor hacia sus hijos, mujer con claros y fuerte nivel emocional. Ya el filósofo Epicteto en el siglo I d. C. decía “no nos afecta lo que nos sucede sino lo que pensamos sobre lo que nos sucede”,
Nos permite dar algunas interpretaciones a la conducta de María del Carmen, su evolución humana, de mujer y madre que trataba los asuntos familiares como iba evolucionando el tiempo en que sus hijas se hacían merecedoras de sus maridos. Tal como podemos descifrar los códigos, deseos y pensamientos, haciendo referencia a la conducta y manifestando en su escrito: “Siempre con la seguridad de que Usted será muy indulgente con las faltas o defectos que nuestra hija tenga, pues usted sabrá de sobra que no hay persona perfecta en este mundo”. Hacía referencia a la metáfora como figura retorica de la vida cotidiana: “no hay persona perfecta en el mundo”. Si fuéramos literarios a la hora de descifrar conductas y manifestaciones observamos que las reflexiones de María del Carmen en torno a los textos, nos deja su sabiduría de la vida.
En el primer escrito de abril 24 de 1925, contestó el mismo día de recibida la carta de Alfonso, con una escritura palmer muy extendida, las frases y palabras son alargadas expresa su emoción incontenible de felicidad. Como si tuviera prisa en contestar, no perder ese minuto de alegría. Una respuesta cuyo objetivo es transformar los deseos de un joven digno lleno de porvenir y el deseo de unirlo al humilde hogar de los Ossa Ossa.
En cambio, en el segundo escrito del 7 de octubre de 1925, las letras y el texto están mas recogidas, espacios agrupados y la caligrafía acentuada, una letra palmer relajada. Nos deja conocer una madre con los pensamientos de Dios, como nos deja saber no pudiendo rezar por la noche porque se le oprimía el corazón al ver a Oswaldo solo. Sus consejos deja para muchos familiares el poder sentirse identificados con esta afirmación cuando un miembro de la familia se marcha. María del Carmen abrigó la creencia de que los hogares de los Ossa Ossa llegarían a ser hogares modelo.
El destino quiso que a los pocos meses del telegrama fechado en Pereira un 24 de junio de 1926 y dirigido a su hija María en estado de embarazo, María del Carmen Ossa Tobón de Ossa falleciera de una embolia, derrame celebrar, en la ciudad de Pereira unos meses después.
Ricardo Ossa Montoya y María del Carmen Ossa Tobón fueron unos incansables andariegos de tradición, como buenos Antioqueños. Ricardo, un comerciante y administrador de empresas pioneras por los años 20 en el suroccidente colombiano que surgía al mundo. En el mes de abril de 1925 se radicaran en Restrepo (Valle) y para Octubre del mismo año en Balboa (Risaralda), teniendo parte de la familia viviendo en Pereira y como tutor a su hijo Luis Ossa Ossa. Eran emprendedores y ante todo comerciantes, ya Luis manejaba parte de los negocios de su padre. Ricardo fue administrador de Minas en Marmato (Caldas) y gerente de un trasporte fluvial por el río Cauca con barcos de vapor, trasporte de genero y pasajeros. Si, era cuando se navegaba por los ríos en Colombia, presentando un fenómeno que contribuyó al desarrollo agrícola, ganadero y comercial de las regiones, el cual hoy en día se perdió con el advenimiento de otros medios de trasporte como el tren y las carreteras, hoy en día vías obsoletas y trochas de trenes abandonadas. Reflejo del retraso vial, perdiéndose una verdadera fuente de trasporte para un país. “Tristemente hoy una importante infraestructura de comunicación abandonada”. Para que se hagan una idea, en otros países se sienten orgullosos de tener ríos navegables desde que los descubrieron y siguen siendo navegables desde sus orígenes. Los Ossa Ossa contribuyeron en los años 20 a forjar desarrollo en el suroccidente con estos medios de trasporte que se tenían. Trasporte fluvial y trenes, tan competitivos como en cualquier país del mundo en esos años. Los Ossa fueron los que instalaron las primeras gasolineras en Manizales (Caldas), Pereira y La Virginia (Risaralda) y en Cartago (Valle), compraban el combustible a la Tropical Oil Company (En Crónicas de Oswaldo Ossa Ossa 1917 – 2013 en YouTube tendrán un claro testimonio de esas luchas que dieron esas familias hijos de colonos Italianos y Españoles de bien)
 
Todos unos angelitos, en una caja debidamente decorada con estampas de Angelitos, Florencia Mejía Ossa de Montoya guardó celosamente los escritos de su abuela María del Carmen Ossa Tobón, que su madre María Ossa de Mejía le entregó. “El guardián de los angelitos” nos has brindado la alegría y el conocimiento de poder conocer esta memoria viva de un pasado y un gran legado para los Ossa. Con esto podremos conocer mas de quien era María del Carmen Ossa Tobón de Ossa. Una imagen en blanco y negro o en color nos dice mucho, pero un escrito nos trasporta a sus verdaderas vivencias, a ese pasado lleno de historias para recordar no solo a María de Carmen sino muchos otros Ossa Ossa. Gracias Florencia por brindarnos esta felicidad y conocimiento de nuestro pasado. En el collage. Florencia Mejía Ossa de Montoya, Héctor Montoya, Consuelo Mejía Ossa, María victoria Mejía Ossa de Correa, Amparo Mejía Ossa, Álvaro José Restrepo Mejía, al encuentro también asistieron Gloria Elena Mejía Ossa y Carlos Torres Botero. La crónica se trabajó en varios encuentros durante el año 2013, el último muy emotivo, deseándole a Florencia un feliz día a día en su nueva etapa de su vida con la actividad diaria normal de su marcapaso, herramienta que le ayudará a disfrutar de sus hijos, nietos, amigos y familiares.

Como anécdota familiar, uno de los hijos de María Ossa de Mejía, Diego Mejía Ossa, fue a Jericó-Antioquia en el 2008, ciudad en donde Alfonso había nacido un 8 de febrero de 1900, queriendo homenajear los 80 años de su madre llevándole la partida de nacimiento de Alfonso. Para su sorpresa, se encuentra que en la partida que aparece en la Parroquia de Nuestra señora de las Mercedes Diócesis de Jericó a los 10 de febrero de 1900 se bautizó un niño a quien se le llamó Luis Alfredo, hijo de Félix Antonio Mejía y Julia Rosa Escobar. Trabajamos en esta crónica: Florencia Mejía Ossa de Montoya, Consuelo Mejía Ossa, Gloria Elena Mejía Ossa de Torres y Jairo Narváez Soto, redacción. Cali 2013.